domingo, 15 de diciembre de 2013

Comentario de una cliserie: La Sierra de Guadarrama

1. LECTURA DEL GRÁFICO: Cliserie (definición)

Es un gráfico que representa la distribución escalonada de la vegetación en función de la altura en las zonas montañosas. Puede representarse sobre un corte topográfico o de forma esquemática mediante un triángulo o pirámide semejante a una montaña. La variación de la vegetación en altura puede realizarse a través de símbolos (iconos en forma de vegetación), colores o utilizando ambos modelos a la vez. 

En la gráfica que nos ocupa, el perfil se representa mediante una pirámide que asemeja una montaña. El eje vertical mide la altitud en metros de la elevación montañosa y sobre el eje horizontal se dibuja un perfil esquemático. Los colores señalan cada piso altitudinal y los iconos señalan las especies vegetales que ocupan cada piso.



Escalonamiento de la vegetación (causas y consecuencias)

Las causas del escalonamiento son las variaciones climáticas ocasionadas por el progresivo incremento de la altitud. Las temperaturas disminuyen una media de 5ºC-6ºC cada 1000 metros de ascenso (gradiente térmico vertical) al tiempo que las precipitaciones se incrementan por el enfriamiento del aire. También es importante la orientación con respecto al Sol (diferencia térmica entre solana y umbría), la exposición a las masas de aire (diferencia de humedad y temperatura entre barlovento y sotavento), la calidad y características edafológicas (de los suelos) y la presencia de agua en la zona (acuíferos, manantiales, ríos, etc.).

El resultado es un escalonamiento climático desde la base a la cima. Como consecuencia, también se escalona la vegetación.

2. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS

Pisos y vegetación de la cliserie 

La vegetación en las zonas montañosas se degrada en función de la altitud, definiendo distintos pisos dependiendo del clima.

En cuanto a la orientación (barlovento-sotavento y solana o umbría), en esta cliserie no aparece ninguna variación destacada de la vegetación, por tanto ambas vertientes incluyen las mismas especies vegetales. Esto significa que, en las montañas de esta sierra, la orientación no es relevante para diferenciar las especies.

En este gráfico podemos encontrar dos pisos claramente diferenciados: el piso basal o forestal, ocupado por el bosque perennifolio en la parte más baja, caducifolio en zonas más elevadas y coníferas (pinares) a mayor altitud, y el piso supraforestal y la cima, donde colonizan el matorral y existe la posibilidad de que aparezca una zona de prado.

Los bosques se extienden desde los 600 metros de la base (altitud media de la Meseta en la zona del centro de la Península) hasta los 2000 metros, variando las especies en función de la altura de la montaña:
  • Entre los 600 y 1200 metros domina la encina (encinar, bosque perennifolio), árbol más característico y extendido del clima mediterráneo. Muy resistente a la sequía, se adapta muy bien a todo tipo de suelos. Tradicionalmente se aprovechaba su fruto, la bellota, para alimento para el ganado, y su madera, muy dura y resistente, para fabricar ruedas, carpintería exterior, utensilios y como carbón. En la actualidad ha perdido buena parte de su utilidad, quedando la bellota como alimento del ganado (cerdo ibérico).
  • Entre los 1200 y 1700 coloniza el roble (robledal, bosque caducifolio), árbol que no soporta veranos calurosos y su tolerancia al frío es moderada, exigiendo bastante humedad. Especie de madera dura, en el pasado se aprovechaba para hacer carbón y diversos útiles. En la actualidad se utiliza en la construcción de vigas y suelos interiores (parqué), muebles, traviesas de ferrocarril, madera para barcos y leña.
  • Por encima del roble, a unos 1800 metros, quedan hayas (hayedo, bosque caducifolio) residuales. Este árbol, que requiere una gran humedad, tolera mal el calor y se adapta muy bien al frío. Prefiere suelos calcáreos (formados a partir de la descomposición de rocas calizas), lo que explica el poco desarrollo en el Sistema Central donde abunda el suelo silíceo (tierra parda meridional). Su madera es dura y de muy buena calidad, aprovechada tradicionalmente para carboneo, celulosa y construcción, y su fruto, el hayuco, servía para alimento del ganado y extracción de aceite (comestible o para quemar). Actualmente, su madera se emplea para realizar muebles, leña y utensilios.
  • Entre 1800 y 2000 metros se encuentra el pino silvestre o pino albar (pinar, bosque de coníferas, de hojas aciculares), árbol de gran porte (hasta 30 metros de altura), que tolera y se adapta muy bien al frío y a condiciones extremas. Su madera se utiliza para fabricar muebles y en la construcción. La resina constituye un excelente producto de esta especie.
El matorral y los prados dominan las alturas superiores a los 2000 metros, donde el frío impide el crecimiento de los árboles. El matorral incluye especies como la jara, el prado está formado por céspedes y vegetación herbácea que se utiliza como pasto de diente para alimentar al ganado.

3. CONCLUSIONES:

Localización geográfica

Según los datos que tenemos, encinar en la base, robledal por encima, más arriba restos de hayedo, y matorral y zonas de pradera en la cumbre, se trata de una zona de montaña mediterránea del interior de la Meseta. Por su altitud (rondando los 2500 metros) claramente forma parte del Sistema Central.

Usos del espacio

Como ya se ha comentado anteriormente, el espacio forestal puede ser aprovechado a través de la silvicultura (madera, ramas, rastrojos, resina, carboneo, micología, etc.), la ganadería aprovechando pastos y frutos silvestres (bellotas, hayucos), y el turismo relacionado con el medio ambiente y los paisajes naturales de montaña (senderismo, turismo rural, turismo de parques naturales, hostelería, etc.). En la actualidad, la sierra de Guadarrama ha sido declarada Parque Nacional.

Posible evolución del espacio

La actividades antrópicas han ido cambiando a través de los siglos estos espacios naturales de montaña en zona mediterránea. En la actualidad, ha aumentado exponencialmente la presión económica y demográfica que se ejerce sobre el Sistema Central, del que forma parte la sierra de Guadarrama, poniendo en peligro la biodiversidad de algunas zonas (ecosistemas, especies vegetales y animales) que corren el riesgo de perder valor ecológico y paisajístico si no se logra invertir esta dinámica. La actividad humana se ve aumentada por los incendios y las quemas incontroladas que cada temporada se producen.