El haya (Fagus selvatica) reina en otoño en las áreas montañosas de clima húmedo. Aunque de vocación solitaria, suele formar bosques mixtos con abetos, tejos, abedules, serbales y acebos. Pocos tan tenaces como este amante de las umbrías: resiste el órdago invernal y la frondosidad de su copa deja escasas posibilidades a los competidores en la penumbra del sotobosque.
1. SELVA DE IRATI (NAVARRA)
1. SELVA DE IRATI (NAVARRA)
La imposibilidad de hacerle justicia a este hayedo-abetal situado en el Pirineo navarro es palpable, pues hablamos de un lugar real, no de una creación literaria, aunque también el lamento del fantasma de doña Juana de Labrit, madre de Enrique IV, rey de Francia, envenenada en París en vísperas de la trágica noche de San Bartolomé, que en los días de tormenta se pasea por Irati de la mano de brujas y lamias. A este lugar mágico se accede por Orbaizeta en su costado occidental y por Ochagavía en el oriental. Existen numerosas posibilidades de paseos y travesías a pie o en bicicleta.
En el borde del balcón de Pilatos se detiene el tiempo. apenas hay ríos de superficie, porque el agua se filtra por grietas y simasformando una red subterránea. Pero en la pared del Capellán hay un rebosadero; el agua se despeña en cascadas y, tras una caída de cien metros, da vida al río Urederra. La excursión a este nacedero transcurre entre una frondosa vegetación donde dominan las hayas. El hombre ha habitado estos lugares desde hace 100.000 años. Durante siglos, el bosque fue explotado para la obtención de leña, carbón vegetal y pastos, usos tradicionales que hoy conviven con la conservación del paisaje y su biodiversidad.
3. SAJA-BESAYA (CANTABRIA)
El norte que se asoma al Cantábrico tiene las espaldas cubiertas por algunas de las masas forestales mejor conservadas de la península Ibérica. El Parque Natural Saja-Besaya, flanqueado por las cuencas de los ríos a los que debe su nombre, Conviene visitar el Centro de Interpretación situado en la aldea de Saja. La riqueza faunística del parque es notable, con especies como jabalí, nutria, lobo, águila real, corzo y ciervo, cuya berrea otoñal atrae a miles de curiosos. En la zona sur del parque es posible observar al oso pardo.
Este espacio protegido alberga uno de los tesoros naturales más significativos de la cornisa cantábrica y posee, además, un marcado carácter etnológico y religioso. Por sus trochas pasaron a lo largo de los siglos desde reyes a pastores, desde peregrinos a montañeros.
5. PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO (HUESCA)
Este monumento calizo que asombra en todas las estaciones muestra en otoño su cara más espectacular. Para gran parte de sus visitantes, el parque se circunscribe a la hoz de Ordesa, con sus praderas, paredones, fajas, cascadas y bosques. Desde Escalona la pista discurre pegada al acantilado y asomada al río Bellós, y es de dirección única por razones obvias, ofreciendo la escapatoria por Buerba o Fanlo, excelentes muestras de arquitectura montañesa. Subiendo a Buerba hay un mirador para contemplar los majestuosos contrafuertes del cañón y su avance zigzagueante hacia el corazón de la espesura multicolor.
6. LOS CAMEROS (LA RIOJA)
«Ya se van los pastores, ya se van marchando, ya se queda la sierra triste y callando. Ya se van los pastores para Extremadura, ya se queda la sierra triste y oscura. Más de cuatro zagalas quedan llorando». Un buen comienzo para poder adentrarse en los senderos de la cuenca alta del río Ireguaen busca de colores otoñales. Por ejemplo, el que nos lleva al paraje del Achichuelo, donde se juntan las aguas del barranco de «La Chihuelo» (su nombre original) con las del Iregua.
7. MONTSENY (BARCELONA)
El macizo del Montseny se riega con los vientos húmedos procedentes del Mediterráneo, que disparan los niveles de pluviosidad en algunas zonas del parque. La brujería arraigó al abrigo de los bosques, y se dice que aún perviven los grimorios, libros de fórmulas mágicas que pasan de generación en generación. Su accidentada orografía también sirvió de refugio a bandoleros y trabucaires (combatientes irregulares de la guerra contra la Francia napoleónica que, con el paso de las décadas, devinieron en partidas carlistas). Entre las múltiples rutas la más otoñal es la del hayedo de Santa Fe, tomando como referencia la villa de Fogars de Montclús.
8. LA PEDROSA (SEGOVIA)
También nombrado como hayedo de Riofrío de Riaza formaría, junto con el de Montejo y el de Tejera Negra, una legendaria tríada de rarezas en el centro de la península. De los tres, este es el menos conocido, al que se llega por carreteras más secundarias. Desde Riofrío se asciende al puerto de la Quesera hasta que nos topamos con el hayedo. Reserve parte de su tiempo para visitar Riaza, Ayllón... o los pueblos de arquitectura roja y negra, como Villacorta, Madriguera, El Muyo o Majaelrayo.
9. MONTEJO DE LA SIERRA (MADRID)
Las tierras de la Sierra del Rincón (conocida también como Sierra Pobre), situada entre las estribaciones de Somosierra y el macizo de Ayllón, fueron utilizadas por los nobles para el ocio y la caza. Después evolucionaron hacia los aprovechamientos tradicionales, con dominio de la ganadería. Corzos y jabalíes encuentran un refugio impagable donde no falta alimento en los meses de aprovisionamiento previos al invierno. Ayucos, bellotas y bayas se prodigan en árboles y arbustos. Pero son las hayas de troncos retorcidos las que seducen y asombran.
10. TIERRA NEGRA (GUADALAJARA)
Hace un par de décadas los amantes de los bosques caducifolios se podían dejar caer por el hayedo de Tejera Negra sin previo aviso, e incluso acampar en sus puertas, pasear sin aglomeraciones por sus senderos, aliarse con el silencio para sorprender a algún corzo, refugiarse de la lluvia bajo un tejo y comer los frutos del madroño. La notoriedad de este bosque relíctico aconsejó poner númerus clausus para el acceso en coche, aunque con tiempo y ánimo se puede ir caminando desde Cantalojas siguiendo el curso del río Lillas. El premio merece la pena: un hayedo de postal con rutas circulares señalizadas y cresterías rocosas en el horizonte, donde bate sus alas el águila real. Más información aquí, donde se pueden gestionar las reservas para el aparcamiento.